jueves, 21 de octubre de 2010

SELLOS PAPALES


Ayer mi marido pasó por el ayuntamiento a recoger el siguiente permiso: autorización del Departamento de Medio Ambiente, Dirección General del medio natural, Subdirección general de los Agentes Rurales, para poder quemar sin que te empapelen las ramas que van saliendo del arreglo de la finca.
No veo mal que se lleve un control sobre los períodos de quema de rastrojos para evitar desastres. De hecho, el bosque a nuestro alrededor presenta señales de haberse quemado en época no muy lejana. Consultados los lugareños, nos dijeron que había sido el "Pepet" (pseudónimo para mantener el anonimato del susodicho), que un día se le fue la mano...Por suerte, la cosa ha evolucionado...porque resulta lo siguiente:
hace un par de años, nuestros supervisores papales decidieron que sólo se podían quemar rastrojos los martes de cada semana. Pero...cuando en martes llovía, el trabajo ya no se podía hacer, a esperar otra semana. Ante la protesta de los agricultores, las mentes pensantes decidieron cambiar al sistema actual.
De todas maneras, algunos elementos subversivos se rebotaron. Uno de nuestros agricultores cuentan que se presentó un día en el ayuntamiento, diciendo: "Me voy a quemar rastrojos". Las amables secretarias le dijeron: "Joanet (otro pseudónimo), que hoy no es día de quemar..."
a lo que el buen hombre contestó sacando de una bolsa un bidón con gasolina, y en la otra mano sosteniendo un mechero: "¿A no? ¿Y quién dice que no?"
De todas maneras, que hasta para quemar rastrojos tengas que pedir permiso me parece excesivo. Me parece que se pasan un poco.
En la foto podéis ver una pequeña hoguera clandestina, realizada antes de contar con la bendición papal.

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