domingo, 14 de noviembre de 2010

AUTOSUFICIENCIA Y CONVIVENCIA: SEXO


Un aspecto esencial a tener en cuenta cuando vamos a emprender una experiencia de autosuficiencia es quién nos acompaña en la aventura. Aunque podemos optar por realizarla en soledad, pienso que es más adecuado estar acompañado, dado el gran número de imprevistos y situaciones con cierto riesgo que nos podemos encontrar. Bien en grupo, bien en pareja, las relaciones humanas son de vital importancia.
En el caso de que estemos en pareja, es importatísimo tener en mente una cosa: son 24 horas diarias de convivencia con la misma persona: la conexión entre ambos debe tener unas bases sólidas, y a ser posible llevar ya un recorrido vital en común. En el caso de que la experiencia nos lleve a enfrentamientos, discusiones y malos ratos, es necesario plantearse las cosas y dialogar. Cada uno sabrá las decisiones a tomar en cada caso, y los caminos para enderezar los entuertos.
En el caso de que la convivencia sea armónica y con complicidades, se producen toda una serie de hechos muy gratificantes: es frecuente que se esté pensando lo mismo en el mismo momento; las opiniones suelen coincidir, y en caso de que no sea así, se intercambian libremente las ideas; se está de buen humor, y si hay algo que nos preocupa, se busca con confianza el apoyo del otro. Como estamos juntos casi siempre, las opiniones se manifiestan en el mismo momento en que se piensan, sin tiempo para darles vueltas en la cabeza y comernos el coco, enrareciéndose la idea que queremos expresar. Se desarrollan complicidades a unos niveles difíciles de alcanzar cuando vivimos juntos pero separados por el trabajo y las obligaciones diarias que conlleva la vida en un entorno más humanizado. Bueno, parece idílico, pero es así en nuestro caso. Algún berrido siempre hay, pero es circunstancial.
Y la complicidad puede ser tal, que basta con una sonrisa y una mirada para saber cuándo hay ganas de profundizar más en la relación. En un entorno natural, todo fluye de otra manera, pausada, calmada, aunque también puede estallar con una fuerza repentina.
Las épocas calurosas son las más peligrosas. Tenemos calor, nos mojamos, nos tendemos en la cama para reposar durante las horas de más calor...
Las épocas frías nos acercan más a la intimidad del calor de los cuerpos. Tenemos frío, y la piel del otro está calentita. Nos acariciamos...
El sexo en el entorno de la autosuficiencia buscada y querida, en medio de la naturaleza libre y con la entera complicidad de los seres es una de las experiencias más hermosas que podemos vivir. Es sensación de plenitud. Y además se libera de carga simbólica: es espontáneo, natural, es lo que es.

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