viernes, 5 de noviembre de 2010


A la luz de nuestro fanal con vela hemos cenado: yo, un vaso de leche, y un panecillo de los que hemos hecho esta mañana con un poco de miel. Aquí tenéis los panecillos recién salidos del horno: no acabo de encontrar el punto, quedan duros por fuera y demasiado apretada la miga. Eso sí, se nota que la harina es de calidad, porque el sabor es exquisito. Tengo que encontrar la manera de que la fermentación sea más intensa. Esta vez la masa ha estado fermentando durante casi tres horas, pero no ha bastado, o bien la concentración de levadura en la masa madre era insuficiente. ¡Qué le vamos a hacer! A hincar el diente se ha dicho...
Para aprovechar como Dios manda el resto de harina integral que nos trajo Renasci, mañana haré un pastel, que en eso ya tengo experiencia contrastada.
En eso de hincar el diente hay que ir con cuidado, porque el otro dia a mi marido se le rompió un trocito de colmillo: el jura y perjura que no es a causa de mis experimentos con los panes, pero no sé...se me está quedando mellao. (Pobre, dice que están buenos mis panes, y se los come de dos en dos...)

2 comentarios:

anfiaro dijo...

jajajaj cuñaoooooooooo jejeje eso coge una piedra y lo mueles todo antes y se lo das en gachas ejjeje

Bishop dijo...

Hola:
Creo que si se queman un poco por fuera pero no esponja por dentro es porque se han hecho muy rápido...habría que poner el horno un poco más bajo