lunes, 1 de noviembre de 2010

QUESOS AZULES Y PANES PSICOACTIVOS



Bueeeeeno...no ha pasado nada...El Robin Blue es comestible. Esto de probar los alimentos por el método de a ver qué pasa tiene su qué. Aunque yo creo que nos ha protegido el grado de alcohol del Cabernet Sauvignon-Merlot que nos ha acompañado en la comida de hoy.
Esto de los alimentos y la modorra que da el vinillo me trae a la memoria cuando en la Edad Media la gente se metía entre pecho y espalda los panes de centeno. A día de hoy el consumo de este modesto cereal no encierra peligro alguno, pero hace unos cuantos años, cuando no había con qué sulfatar contra las infecciones por hongos, crecía parasitándolo nuestro querido cornezuelo del centeno. Este hongo con forma de cuerno y de color negruzco se mezclaba con el grano cuando segaban, y...
Resulta que contiene una sustancia, el ácido lisérgico, que es ni más ni menos que el LSD de la época psicodélica. De ahí que en los años oscuros de los siglos pasados, la gente se hartaba de ver brujas, hadas, elfos, duendes y demás seres feéricos. Además, se comenta que las levitaciones y visiones extáticas de Santa Teresa de Jesús podrían tener relación con los centenos castellano-leoneses.
Así que fijáos si es fácil el tema: para el que quiera tener visiones místicas, basta con plantar centeno, no tratarlo con fitosanitarios, y con un poco de suerte, os haréis unos panes flipantes. Y aviso para navegantes: esas semillitas pequeñas, negras y redonditas que adornan algunos tipos de panes de hornos creativos (panes de nueces, de higos, de queso, etc) hacen que en los controles de detección de drogas se dé positivo por opiáceos: son las semillas de amapola, nuestra querida primita más recatada de la adormidera productora de opio. Pero aunque más buena chica, sus semillas no dejan de tener cierto efecto somnífero...

Cualquiera le dice al guardia civil que te hace el test en la carretera: no, oiga, que vengo de la panadería...

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