viernes, 10 de diciembre de 2010

COMPETITIVIDAD Y NUMERO UNO: LA GRAN CAMAMA

Menudo lío han montado con la Operación Galgo: presunta red de dopaje en atletas de élite. Buenoooooo...¡¡¡¡ Hay gente imputada de altísimo nivel competitivo...
Las palabras y expresiones que más llevan resonando en nuestro querido mundo globalizado, desde hace bastante tiempo, son: competitividad, número uno, ser el mejor, líder...sobre todo lo de la competitividad lo van machacando diariamente, a ver si cala en el vulgo y nos ponemos líderes en algo positivo en Europa de una vez, y no sólo en consumo de drogas, abandono escolar y otras lindezas por el estilo. Pero ese no es el camino: presionando por competir, se genenera frustración; como en la película de Los inmortales, "sólo puede quedar uno..." ¿y los demás?
Lo que pasa es que en los pueblos mediterráneos, dados a la buena vida desde la Prehistoria, estos conceptos nos la traen bastante al pairo. Aunque por desgracia, en determinados campos de actuación humana, van calando...
El deporte, ejemplo de tiernos infantes y exaltación de adultos. Pues bueno, a ver si se enteran de que los cuerpos humanos tienen un límite, y cuando no hay más, no hay más, y se acabó. Si no lo consiguen, se meten EPO, esteroides anabolizantes y broncodilatadores, hasta que las arterias coronarias no dan más de sí.
Pero como si no eres el mejor, te retiran las becas, las subvenciones gubernamentales y el dinero de la publicidad, pues hay que ser el mejor por narices. Y pasa lo que pasa...
Luego los ídolos caen, y son malos, muy malos, prácticamente herejes que hay que quemar en la hoguera. Y lo bueno es que todos los estamentos deportivos que los rodean lo saben, pero callan, los malandrines...
Esto es el resultado de apretar a la peña con tanto nivel de exigencia.
Ante este desastre nacional, la República Independiente de La Sisquella naturalmente pasa olímpicamente (nunca mejor dicho) de las excelsitudes y demás zarandajas competitivas. Aquí la dueña, o sea yo, soy bajita y regordeta, lejos de los standards de belleza reinantes. La cabra enana es más grande de lo normal para ser enana; la cabra murciana es más pequeña que una murciana normal; Peque no tiene cuernos; la tierra del huerto es marciana, de baja productividad si no la ayudamos; los olivos no son superproductivos, hacen sus olivas a su ser, como consideran oportuno...de mi marido no digo nada, porque este sí que es guapetón, el tío.
En fin, aquí no pueden entrar esos conceptos chungos de la civilización global. ¡Fuera, desterrados! El que quiera venir a disfrutar de la libertad serena, que se venga, que será bien recibido. Y anda que no se vive bien sin estar permanentemente comparándote con alguien...¡se acabaron los objetivos de ventas, objetivos de desarrollo, objetivos de nada!

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