jueves, 9 de diciembre de 2010

PLANTAS TOXICAS: EL TEJO


Cuando trabajábamos de jardineros, algunos clientes nos traían tejos para plantar como árbol ornamental. Como son de crecimiento muy lento, eso que se ahorran en podas.
Lo que más me gustaba era decirles: oye, ¿sabes que este árbol es tóxico? El careto de los urbanitas adoptaba una angustiosa expresión de pánico: pero si me lo han vendido en el garden center, y no me han dicho nada...¡y me ha costado un riñón! ¿Qué hacemos ahora? Nada, les decía yo, no pasa nada si no tienes pensado comértelo...ante lo cual el urbanita, tranquilizado, hacía un reset a su cerebro, y ya no se preocupaba más por el árbol.
Efectivamente, el tejo es tóxico, y no de los leves. Sólo se salva el arilo, la cobertura de color rojo que rodea el fruto. Pero cualquiera se lo come...De hecho, sustancias extraídas del tejo se utilizan en los tratamientos de quimioterapia.
El árbol crece de manera natural en zonas umbrías, escondidas, en laderas pedregosas. Parece que se oculte de los humanos. En la antigüedad era considerado un árbol sagrado.
Por esta zona tan seca no he encontrado aún ninguno en estado salvaje, ni creo que lo haya. Pero como puede ser que lo encontréis plantado en jardines, es bueno conocerlo.
Es curioso cómo en tiempos pasados, las plantas peligrosas eran tan veneradas. Hoy en día a la gente todo les parece igual...un tejo, para mucha gente, es un abeto.
Bueno, dejemos que así lo crean...

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