Estoy recibiendo correos de personas que están en el tema de enviar el mundo a paseo o ponérselo por montera, a elegir. Y estoy contenta, porque veo que no estamos solos. La red sutil se va tejiendo, entrelazándose, y creando una especie de comunicación neuronal, esa red celular del cerebro que permite la coordinación de un organismo complejo. Recordad que cuanto más interrelaciones hay en un sistema, más difícil es desequilibrarlo. Es más estable frente a agresiones externas. Todas las personas que me escriben son gente que han tenido puestos de responsabilidad, de esos de enjundia, de ganar un pastón...y lo han enviado todo a la porra, más quemados que el palo de un churrero.
Por una parte, me siento revitalizada, más fuerte...pero por otra, ¡leches!: si toda la gente con corazón bueno dimite o lo dimiten de los puestos de mando...¿quien porras gobierna el mundo? ¿Dar Vater, Cruella de Vil, Lucrecia Borgia, Enrique VIII y Simó de Monfort?
¡Socorroooooo!
Simó de Monfort fue un perla que estuvo al mando de los ejércitos que machacaron a los cátaros en el Lenguadoc, allá por el año 1213, durante la cruzada contra los albigenses. Mirad si eran bestias los cruzados, que un soldado preguntó a su jefe: oiga, y a la hora de cargarnos a la gente, ¿cómo distinguimos los cristianos de los herejes? Y el prenda le contestó: Matadlos a todos, que Dios escogerá a los suyos...
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