APROVECHAR LAS AGUAS GRISES

Aunque en este momento tenemos los bidones de agua llenos gracias a las lluvias (¡3.000 litros!) vamos recogiendo también las aguas grises. A este bidón adosado a la pared externa del maset van a parar unas tuberías que son el desagüe del fregadero de la cocina y del lavamanos del cuarto de baño. Cuando el bidón está lleno, transportamos el agua con cubos a un bidón de 1.000 litros donde tendrán lugar los procesos necesarios para ser apta en su uso de riego.

Las aguas grises, si se dejan reposar, forman tres capas:

-una película flotante, muy fina, donde está el aceite y las materias oleosas.

-la capa intermedia, con el agua y los elementos en suspensión derivados de su uso, emulsionadas por los jabones.

-y el sedimento, la capa inferior, donde se depositan los restos gruesos o insolubles.

Para utilizarlas bien, debería hacerse un filtrado de estas aguas a través de un sistema de gravas y arenas. Pero como no tenemos tantos medios, hemos probado el sistema siguiente, que funciona: una vez transportada el agua al bidón grande, se deja reposar. Durante el proceso, se notará algún mal olor derivado de la acción de los microorganismos descomponiendo la materia orgánica, pero a suficiente distancia de la casa y bien tapado, no supone ninguna molestia. Hay que dejar una entrada de aire, para que los microorganismos puedan trabajar. Pasados varios días, las sustancias en suspensión se habrán depositado en el fondo, y la capa de aceite habrá sido parcialmente digerida por las bacterias. El agua puede usarse para regar.

Es importante usar la mínima cantidad de jabones y lejías, de lo contrario alteramos mucho el pH del agua gris. Y es importante que si disponemos de agua limpia, la mezclemos con la gris, para disminuir el aporte de sustancias orgánicas concentradas.

En la foto de la derecha, las aguas grises en su bidón definitivo. Cuando llegue el momento de su uso, pondremos una tubería de riego en la boca donde véis el tapón amarillo, para usar un riego por goteo.