miércoles, 2 de marzo de 2011

BUEN FUTURO PARA LOS CHAMANES

Vaya por Dios. El otro día escribo alabando la medicina moderna, y no tardan ni 24 horas en anunciar recortes sanitarios a porrillo. Dicen que el gasto sanitario es insostenible. Pues una cosa les diría yo: haber vigilado más en época de bonanza, porque vaya tela...
Os explico un caso. Una de las familias a las que cuidábamos su jardín eran usuarios asiduos del sistema público de salud. Por lo menos dos veces por semana, algún miembro de la familia bajaba al médico: la madre, el padre, la hija y el nieto parecían farmacias ambulantes.
El caso peor era el del pobre niño, porque no podía defenderse. La madre, con unas tetas enormes, decidió que no le daba de mamar porque era un engorro: leche de bote. El niño empezó a tener de todo, pero de todo: diarreas, resfriados, otitis, acetona, gripe malabar...cada dos días al médico. A su corta edad, estaba polimedicado como si fuera un anciano de 90 años.
Lo peor vino cuando se inició la época de la vacunación. El otro día defendía yo el tema de las vacunas: pero cuidado, moderación...si yo tuviera un hijo, le vacunaría contra enfermedades chungas fijo, como la difteria, la tosferina y el tétanos, también la poliomielitis. Pero hay algunas que no sé yo...hepatitis; si es niña, ciertas vacunas contra virus genitales...me parece que no están suficientemente testadas en humanos.
Pues bueno, al pobre niño, como la familia era pudiente, lo vacunaron contra todo lo habido y por haber: algunas vacunas entran en la Seguridad Social, otras eran de pago: todas se las pusieron a la pobre criatura, parecía un Miura en una corrida de José Tomás. El niño no tenía ya color: de verdad, era como transparente...
Los adultos de la família acudían al médico continuamente, porque debido a la mala alimentación por exceso, (estaban todos muy gordos), sufrían continuamente resfriados, gripes, cagaleras a porrillo...
El abuso por parte de gente como ésta es la que provoca que los demás, que realmente lo necesitan, se vean ahora sin medios a su disposición. Así que auguro en un tiempo no muy lejano el regreso del chamán, el sabio o sabia curandera de los pueblos, porque como el día que yo lo necesite, me manden a hacer una radiografía a 100 km de distancia de donde vivo...yuyu sit angaua fiiiiiiu, fiiiiiiiu (tipo Carlos Jesús) y a tomar viento.

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