Después de reducir el tamaño de la puerta del horno, lo hemos llenado de leña pequeña y hemos esperado a que se calentara bien. Luego, cuando quedaban brasas, las hemos situado contra las paredes y hemos metido nuestro pan. En la imagen podéis ver la textura de la masa, que ha estado dos horas reposando para que la levadura actuara. Hemos dejado el pan una hora y media dentro del horno, y de tanto en tanto nos acercábamos para mirar por una rendija de la puerta qué tal iba la cocción: salía un aroma de dentro...y el resultado ha sido este pan bien cocido, crujiente y de miga más esponjosa que el hecho en el horno de gas butano. Bueno, seguimos decreciendo...a partir de ahora, todo lo que necesite horno para cocinarse...¡al horno va! Pero al de leña, que es gratis...¿No nos anima nuestro gobierno a ahorrar combustibles? Seguimos fielmente los dictados del poder...
6 comentarios:
Vaya pan... que pinta tiene y seguro que no se pone duro a la primera de cambio, como el que compramos en la tienda. Felicidades!
La verdad, no sabemos qué pasará después de dos días: es lo máximo que ha sobrevivido. De un día para otro se mantiene muy bien, pero nos lo comemos todo. Estos que hacemos son de cuarto, son pequeños.
dios mio que buena pinta tiene ese pan, con un buen aceite mmmmmmmmmmm, que envidia
oleeeeeeeeeeeeeee!!! :) Que pinta!
Por cierto, creo que el horno del que hablas en tierra es como el que tenemos nosotros en la finca que compraremos (este prox. finde hacemos arras!!!)
Ah! mira lo de la quinoa de mi blog, y si os sirve???
Este vespre lo leo con detalle, que antes he entrado un momento en vuestro blog y he visto lo de las arras...¡emoción! Esta noche, con la luz eléctrica, navego por la quinoa.
Robin que artistais que estais echos menuda pinta tiene ese pan, esta pa mojar un buen plato de caracoles con salsa de tomate.
Un saludo.
Publicar un comentario