sábado, 3 de septiembre de 2011

LA FILOSOFIA DEL HIGO

Hace un tiempo, cuando puse una foto de mi higuera jovencísima, alguien dejó como comentario una frase que viene a decir algo así como que el destino de los humanos es plantar árboles de los que nunca comerá su fruto. Mayormente porque el humanoide se morirá antes de que el arbolillo lo dé...

Esta reflexión, sin duda cierta y hermosa, queda muy zen y orientalista; pero no me gusta. Y no me gusta porque en el fondo subyace un mensaje de conformismo y derrota que no me parece acorde con la alegría de vivir de la filosofía natural. La filosofía de los alegres muchachos de Sherwood se opone frontalmente al inmovilismo, y aboga por la alegría de vivir: básicamente consiste, siguiendo con el ejemplo de la higuera, en que, lejos de conformarnos con morir de inanición higueril esperando los frutos de nuestra querida Ficus carica recién plantada, nos movamos y encontremos una higuera con higos; es decir, el sentido de la vida consiste en encontrar las cosas que ya están en marcha y agenciarnos sus frutos. Tenemos derecho, como descendientes de los humanoides que las plantaron, a aprovechar lo que éstos hicieron; sino, que se lo hubieran pensado antes de traernos al mundo.

Robin dixit.

12 comentarios:

Eulàlia dijo...

Pues yo plante un higuera y he comido de sus higos......
y un limonero y he comido limones....
Que eso de no comeras del fruto del arbol me suena a manzana y serpiente....

Robin dijo...

Porque tú tienes pasta y los compras ya grandes y en macetón, y nosotros, pobres parias de la tierra, empezamos con árboles de tronco más fino que un palillo...

Gregorio dijo...

Yo todos los árboles que tengo en casa los he plantado de hueso... Y de todos llevo comiendo ya frutos varios años, incluso de la palmera datilera, que es de donde viene el refrán (y no de todos los árboles en general): "Quien planta una datilera, ni comerá de su fruto, ni disfrutará de su sombra". Cuando pequeñito, con unos 8 ó 9 años, mi padre y yo plantamos varias (de huesos de dátiles naturales que comimos previamente)y... disfruto diariamente de la sombra de 2 de ellas y llevo desde 2006 comiendo sus ricos dátiles (mi padre, qepd, también los comió), así que creo que el refrán no es muy acertado! ;-)

Robin dijo...

GREGORIO GLORIOSO...Bueno, la persona que escribió el comentario supongo que lo hizo con buena voluntad...aunque luego hubo cierta polémica. En fin, son de esas frases que tratan de conformar a la gente para que no se rebote o no pruebe a hacer nada, supongo...Qué afortunados vosotros, de todas maneras. Con lo que me gustan los dátiles...FELICIDADES, DE NUEVO, AMIGO.

Anónimo dijo...

No se si tomármelo como un cumplido pero como mínimo me alegra haber llamado tu atención de manera que hoy me dedicas este post a propósito de mi humide comentario.
Siento que sacaras esa conclusión de mi y de mi comentario en su momento, entonces me resultó cansina la polémica desatada y preferí no molestarme en explicaciones pero hoy si me apetece....
Para empezar yo partiría de la base de que quien se molesta en escribir un comentario en un blog, sea cual sea su temàtica, es porque o bien le gusta, simpatiza o al menos le interesa el tema así que a priori no pensría que es para polemizar, desanimar o molestar.
Por otro lado, y aunque en su momento no creí que mereciera la pena explicarme más, ese comentario más que desanimarte intentaba todo lo contrario. Lástima que ni tu ni ninguno de tus lectores lo entendiese así. En tu post te quejábas o preguntábas si “alguna vez podràs sentarte a su sombra” “o si podràs algun día comer de sus frutos”... en mi contestación dije (copio y pego)
“El verdadero sentido de la vida consiste en plantar árboles a cuya sombra no podrá probablemente sentarse nunca el que los plantó” (Nelson Henderson)”

A partir de ahí me saltaron a la yugular (y ahora sí que polemizo) unos autodenominados escuderos tuyos (como si en definitiva los necesitases ¿no?) corrigiéndome mi “mala” traducción, diferenciando entre “poder” y “esperar”.. y. desviándose completa y definitivamente del sentido del comentario... cuando mi contestación iba dirigida a ti...

Querida Robin, con esa cita sólo trataba de alabar tu actitud de, a pesar de saber que muy probablemente no podràs nunca sentarte a su sombra ni comer de sus frutos, allí seguís perseverando y plantando. Qué habría pasado si nuestros antepasados no hubieran pensado lo mismo... si no hubieran tenido esa actitud altruista al plantar esa higuera, de la que ahora comes tú sus frutos... quizás ahora no disfrutarías de esos deliciosos higos.

En fin, como en su momento dije, sería muy interesante la corrección si se tratase de una clase de literatura, pero no lo era... si a priori no sienta bien el comentario si no es que se dice lo que se quiere oir no merece la pena más explicaciones... (y ya he dado demasiadas)
Por cierto, yo también he comido frutos de árboles jóvenes... pero no tienen el porte que tiene probablemente la higuera de la que hablas en tu nuevo post...
Salud.

veronica dijo...

Emm... si que da de si la filosofía del higo ejeje. Nosotros tenemos frutales de tres años y este año he cogido albaricoques, estoy haciendo mermelada de melocotón, leche de almendras, ajoblanco... pero tenemos dos pinos piñoneros plantados que muy posiblemente no podremos probar, el peque con suerte... así que ya veis...

Robin dijo...

Querido anónimo: las personas que como tú poseéis esa sensibilidad especial tenéis un handicap: a veces empleáis palabras que pueden herir. Vosotros no os dáis cuenta, pero es así.
El uso del recurso anónimo hace que en determinados momentos se junten comentarios de personas, que a veces quieren hacer daño, y no se puede discriminar quien es el autor, de manera que si resulta la fatalidad de que en el espacio-tiempo coincidís, se tiende a pensar que sois la misma persona.
Además, la gente como tú sois extraordinariamente susceptibles, y estáis siemrpe al filo de la navaja, de manera que, realmente, no se sabe qué contestar, pues el silogismo más inocente puede ser interpretado por vuestra parte como un ataque.
Así pues, no sé que decirte, puesto que diga lo que diga, seguramente te molestará.
Me encantan los escuderos: recuerda que somos los alegres muchachos de Sherwood. Siempre, siempre, por encima de la individualidad, la colectividad. Antes de la amarga-aunque tal vez buscada soledad-...la unión. Es la filosofía del higo. Si no llegas a las ramas más altas...que alguien te ayude.

Vero: un inocente higo puede ser fuente de verdad y sabiduría.

Nimbus dijo...

Encantado de ser tu escudero, aunque preferiría considerarme el paladín de la reina, figura que en las cortes medievales defendía el honor de la dama, en lugar del rey, que debía permanecer a salvo en el trono.

Robin dijo...

¡Ay Nimbus! El rey se lo pasa pipa con mis cuitas interneteras. Al principio no le interesaban lo más mínimo, pero un día, al verme triste y doliente, me preguntó, como es usual en él cuando llevo más de quince segundos sin sonreir: ¿qué te pasa? Y yo le dije que no sabía si mis palabras podían ser interpretadas correctamente en un comentario. Empezó a reir, y me dijo: cariño, el blog es una criatura tuya hecha para tu divertimento, no para tu desasosiego; así que no quiero verte triste por su causa.
Y es verdad: persona con más buena intención en el mundo que yo, no hay. Aún así, siempre hay alguien con quien no aciertas...es ley de vida.
Y AL LORO: el más famoso paladín de la reina de todos los tiempos en Lancelot. Todo el mundo piensa que estaba enamorado de Ginebra...lo que muy poca gente sabe (y esto es un arcano) es que Lancelot, en realidad, estaba enamorado de...!Arturo¡

Nimbus dijo...

Caray...no es el caso, Robin. Aunque tu marido es aguerrido caballero, yo me inclino por las ternuras femeninas.

Robin dijo...

Jamás lo dudé.
Era por fastidiarte un poquillo...:=

Robin dijo...

De todas maneras, y ahora en serio, es muy difícil mantener una relación fluída por internet con personas que no conoces directamente. Porque palabras que alguien nos dice con la mejor intención...pueden molestarnos; un mal día, una susceptibilidad especial...más de una vez me ha pasado, leer un comentario y pensar: uy lo que me ha dicho...vuelves a leerlo al cabo de unas horas, y no es para tanto...
Y además está la tontería de escribir como anónimo, con lo fácil que es poner un nombrecillo. Si en un día coinciden algunos comentarios tontones...pues siempre se las carga el que menos culpa tiene. Y es verdad que cuando hay algún plasta, me agrada que me defiendan, como a todos.
Y la verdad, que después de enseñaros la foto de mi modesta higuera, encontrar que alguien te dice que no la catarás, cuando antes te habían soltado una sandez en otra entrada también como anónimo...pues te lanzas. Y tal vez no eran la misma persona.
Poned nombrecillos, leches, que no cuesta nada...y tened en cuenta que este blog es de buen rollito, de cachondeo e ironía fina...que son cuatro días, caracho...