viernes, 21 de octubre de 2011

OCTUBRE DELICIOSO

Como pasa siempre, el frío ha venido de golpe. La semana pasada iba yo en pelotillas por delante de mi casita-al mediodía, todo sea dicho, que por la tarde hacía rasca. Pero ayer por la tarde la cosa fue a mayores, y hacía francamente frío.
No hay nada peor para un cuerpo humano que pasar de la virginal desnudez a los ropajes invernales. Todo molesta: el jersey, los pantalones, los calcetines...ah, qué agobio...

El sol ya va bastante bajo, y al mediodía apetece ponerse bajo él. Ay, qué gustito...

Las moscas se resisten a desaparecer: son pesaditas y cojoneras. Y cuando te pones al sol, te utilizan de plataforma calorífica. Si no quieres parecer un tarro de miel viviente, se impone la protección externa, y no en forma de cremas solares, precisamente.

Octubre. Mi mes favorito. Voy tarareando canciones, cantándolas a veces a pleno pulmón. Las montañas me devuelven el eco: parece que las hadas cantan conmigo. Los grisones cabecinegros han vuelto, y me llaman: chi-chi, chi-chi.

Aún vuelan mariposas, persiguiéndose, bailando en el aire. Son negras y anaranjadas. Y las de la col, un poco peñazos con las plantas, pero bellas igualmente.

Octubre eterno...

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