viernes, 11 de noviembre de 2011

ARREGLAR UNA OREJA CAIDA

Haré como que no ha pasado nada esta mañana y seguiré, yo a lo mío.
La pequeña Gaya nació con una orejilla caída. Seguramente esto se arreglaría por sí mismo, pero hemos decidido intervenir porque a la niña le molestaba llevar el pabellón auricular caído, y lo demostraba agitando mucho su cabecita. Así pues, con una tirita, rodeamos la oreja a media altura, al nivel que veamos que la tirita, al engancharse sobre sí misma, consigue mantener su orejita erecta. Y ya está: dos días y ya está arreglada. En la foto, cómo no, Troya tiene que estar supervisando todo lo que hacemos. Esta vez está mirando que Gaya tenga su remedio bien colocado. Que nadie haga daño a sus bebés...

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