jueves, 26 de enero de 2012

OBTENCION DE MUNICION A PARTIR DE LOS CIPRESES

Que los cipreses son signo de reposo, bienvenida y acogida se sabe desde tiempos inmemoriales. Aquí tenemos unos, en una zona cercana a la Punta de la Faba. Son muy severos, en apariencia...pero...no tanto.

Los frutos de estas cupresáceas son unas bolas duras que se llaman gálbulas. Con estas bolitas se pueden hacer unas guerras impresionantes. Bien tiradas y con la velocidad adecuada, resultan unos proyectiles inmejorables.

Habré hecho yo guerras de gálbulas...y lo bueno del asunto llega cuando le das a alguien ajeno al follón...y claro, si juegas con críos, la persona a la que le das el galbulazo nunca sospecha de tí, mujer adulta sin duda responsable de sus actos...se las carga siempre el tierno infante...

Qué grande...jejejeje...

5 comentarios:

Robin dijo...

En vez del método Fukuoka y sus bolitas de arcilla...¡método Robinloka y sus gálbulas danzantes!

i dijo...

Por cierto gerrilleros cupresauceos.
Una preguntita de nada.
Que diferencia hay entre los cipreses abiertos y los perfectamente cónicos?
Son unos hembras y otros machos????
;-)

Robin dijo...

¡Por las barbas del profeta! Me has hecho dudar. Pero no, los cipreses son monoicos, es decir, un mismo individuo tiene flores femeninas y flores masculinas. Los conillos masculinos son pequeñitos, y sueltan ese polvillo que hace estornudar a los urbanitas. Las flores femeninas son unos conillos más gordos.
En cuanto a su conicidad, me temo que tiene que ver con los avatares que el ejemplar haya padecido: vientos, nieves, podas...
Lo que pasa es que últimamente, debido a la enfermedad fúngica que produce la Phytosphtora en lugar del Cupressus sempervirens, se plantan Cupressus leylandii, de ramaje más abierto pero más resitentes al secado.

i dijo...

Uff!
Yo lo tengo de los abiertos y no desmerece al de las fotografias, incluso más alto.
Cómo caiga! No podemos entrar en casa.
En fin, esperemos que la fortaleza se las raíces aguante, pero el miedo o la precaución ya me hacen pensar en podarlo.
Otra cosa que no sé es que si soportan la poda a baja altura o, simplemente se mueren sin su copa.

Robin dijo...

Cuando hubo aquel horrible temporal hace unos años, en nuestra urbanización cayeron cientos de pinos. No cayó ni un abeto,ni un ciprés. Y los hay gigantescos. Uno de esos abetos gigantes lo habíamos plantado nosotros hacía dos años en un jardín de ricos: tuvo que venir una grúa a transportarlo y a colocarlo en el agujero que hizo una pequeña retro cuando construímos ese jardín;
no se movió ni un centímetro. Tienen fuertes raíces estas criaturas. Y arte que tenemos nosotros como jardineros, también, también.
Sobre la poda: la soportan bien, pero...si son ya muy grandes...yo no lo haría. Mándame una fotillo y te digo qué le haría yo.