viernes, 24 de febrero de 2012

GOZANDO DE LA FINCA

Realmente nuestro gallo empordanés está precioso. Ahora se dedica a acompañarnos cuando vamos pasturando con el rebaño. Estos últimos días en que yo no me he encontrado muy bien no hemos salido de la finca por esos montes de Dios, de manera que nos hemos podido sentar bajo los olivos y disfrutar con los juegos y retoces de los bebés-cabra, que como son un cuarteto-los trillizos de Morita y la hija de Onga-montan unos espectáculos divertidísimos. Se tiran por los márgenes abajo, hasta que se caen, y entonces disimulan y se vuelven a levantar. Las gallinas y el gallo van picoteando las hierbas, de manera que ayudan igualmente a mantener el prado bajo control. Están todos precisos, brillantes...

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