viernes, 3 de febrero de 2012

NO SE PUEDE PARAR

Sí hace frío, sí, pero nada nos impide salir a pastar. Las cabras nos llaman: a ellas no les importa el frío. Eso sí, se ponen pelochas, se esturrufan, con el pelo haciendo cámara de aire para mantener la temperatura corporal estable. Los humanoides hemos de tirar de anoraks, gorros, guantes y en mi caso ayer, doble pantalón. En la foto salgo con mi gorrito de ganchillo, pero luego por la tarde me puse el que me regaló Candela el año pasado, que es más espeso. Y encima, la capucha. Josep también lleva el gorrito de Candela.
Si caminas por el monte, no tienes frío: al revés, subes bien ligerito sin sudar. Lo malo es que se tiene que ir parando para que las cabras coman: entonces los pies se van enfriando, y el frío sube por las piernas...apetece volver a casa, y ponerse al lado de la estufa; no por mucho tiempo: hay que cortar olivo para las cabras, que siguen comiendo. Y regar las plantas de la casa de madera. Pero para regar hay que usar agua templada: hay que calentarla. Plantar los esquejes, rizomas y bulbos. ¿Dónde? A buscar más macetas. Y tierra buena.

Ay Señor...aquí no se para...

El frío fatiga, da sensación de cansancio. Por la noche, apetece meterse en la cama, bien caliente, y abrazando al otro. Su calor...inigualable. Me apoyo en su pecho. Si no fuera por él, nada de esto sería posible.

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