martes, 14 de febrero de 2012

STONHENGE-RELOJ SOLAR ANTICABRAS

La otra tarde decidí empezar a construir mi reloj de sol horizontal, aprovechando la mesa de duendes que con tanto trabajo transportamos. Bien.


El primer paso fue encontrar un hierro para hacer de gnomon. Una vez localizado, calculé el ángulo adecuado, medí, clavé (clavó Josep) y así quedó colocado el gnomon, esperanza del reino de los relojeros solares. Pero...

No nos dimos cuenta de que alguien, una presencia, nos estaba observando. En silencio. Era Peque.

Llegó la hora de salir a pastar. Abrimos la puerta del corral y...con una determinación total, sin dudarlo un segundo, Peque empieza a caminar hacia la piedra. Se acerca, y cuando llega al gnomon, apoya su testuz sobre él y...se lo lleva por delante.

Adiós muy buenas. Mis mediciones...

Total, que si quiero un reloj de sol horizontal, tengo que agenciarme unos rocamens tipo Stonhenge y anclarlos en la tierra a prueba de cabros. Ahora entiendo el porqué de estas arquitecturas milenarias...¡para que no les pasen los cabritos por encimaaaaaaa!

2 comentarios:

Víctor dijo...

Te voy a llevar uno de esos que venden, del Barça para que lo cuelgues ya de la pared. Y la piedra esa para el sacrificio de cabras, mujer.

Robin dijo...

Qué, la media parte de la Champiñon League...¿eh?
Pues fuera conveniente: estoy haciendo el de pared también, y de entrada ya Josep este mediodía me ha preguntado, con recochineo: ¿se puede saber qué leches marca ese reloj?
Imagínate la cosa...