miércoles, 14 de marzo de 2012

PLANTANDO VIÑAS DE NOCHE

Mi marido es una de esas personas que no pueden dejar para mañana lo que pueden hacer hoy. Esto, normalmente, se considera una gran virtud, pero en determinadas circunstancias es un verdadero peñazo.
La cosa es que ayer por la tarde se fue a comprar viñas. Y volvió casi en el ocaso. Pero claro, se tienen que plantar...

Tiene un pase que ayer por la noche, Venus y Júpiter estaban bailando en el cielo, y cuando el sol ya se fue a dormir, brillaban como diamantes. Él cavando, yo mirando para arriba. Venus y Júpiter se quieren, pero no osan acercarse demasiado, no sea que la proximidad les haga colisionar; son diferentes naturalezas, una amorosa y emotiva, y el otro fuerte, a veces duro...pero al fin y al cabo, se quieren, y se dieron un gran beso anoche.

Todo esto lo imaginaba yo mientras estaba pensando: Pepe, hijo mío, contigo no hay tiempo para aburrirse...vas a acabar conmigo...

Pepeíllo trajo seis variedades de uva, que ya comentaré, porque anoche no tenía ya ganas ni de anotar los nombres.

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