miércoles, 23 de mayo de 2012

99 RED BALOONS

La mayoría de la gente afronta los grandes retos de la vida encebollados perdidos. La peñita le da o al vinillo, o a los psicótropos o a la maría vegetal con tal de aturdirse y luego ir de valientes: pero la verdad es que van ciegos perdidos. Así cualquiera afronta los yuyus de la vida. Aquí mi menda va a neurona abierta.
La verdad es que los últimos acontecimientos que nos han rodeado han hecho que me sienta algo debilucha. No es nada físico: es otra cosa. Lo único que me apetece es tumbarme sobre la tierra: en ella dejo todo mi peso, toda mi fatiga. Ella me sostiene.
Hay algunos momentos extraños: por dos veces me ha pasado esta última semana. Me dejo ir, acunada por la tierra que recoge mi cuerpo casi inerte: estoy despierta, pero siento cómo los miembros se van entumeciendo, poco a poco...dejan de tener sensibilidad. Y ese adormecimiento va subiendo de las extremidades hacia el corazón, hacia el cerebro...y hay un momento en el que uno sabe que, si se abandona ya por completo, si se entrega...se dejará ir, para siempre.
Pero en el último momento de sopor, cuando la entrega casi está ya consumada, algo, un resorte, un pensamiento, ha hecho que abra los ojos de repente, que la sangre vuelva a fluir a mis miembros dormidos: él, él no quiere estar solo. No te dejes ir.
-Tú lo que vas es atorrijá perdía, hija. Te estabas quedando frita.
-Eso, Xènius hijo, tú quitando la épica del momento...si es que...cría cuervos... ;)

7 comentarios:

Bishop dijo...

Buenos días:
Cuentan que un sabio un dia
tan pobre y misero estaba
que sólo se contentaba
con las hierbas que cogia
Habrá alguien entre si decía
más pobre y triste que yo
Y cuando el rostró volvió
Hallo la respuesta viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hierbas que el arrojó

Robin dijo...

Bien, bien, pero...
La palabra clave es empatía. A ver quién es el guapo que se coloca en el lugar del sabio primero, y aún menos en el del segundo...
Gracias por tus palabras. Voy a ver si voy o no voy...que iré, sino me reñirá la S.S, pero luego ya veo lo que hago...si acaso, ¿no? Así como por etapas...aquí no me toque...aquí tampoco...esto no hace falta que lo miremos, ¿verdad? Y esa prueba no es necesaria, quite quite el bisturí...
¡Socorrroooooo!

Bishop dijo...

La salud es lo primero y hay que cuidarla, es importante. Sin ella no somos nada. Y ánimo que estamos en primavera.
Espero que no sea nada. Un abrazo

Anónimo dijo...

Enhorabuena veo que has profundizado excelentemente en la extraordinaria aventura de quedarse uno dormido.

Y es que lo pensamos poco, pero el sueño es algo impresionante. Nos lleva a otro mundo, estando todavía en este.

Decía Giovanni Papini, magistral autor, que "Dios condenó al hombre a una sepultura diaria en el sueño, para recordarle esta verdad saludable y fundamental: no hay diversidad sustancial entre la vida y la muerte"...

Robin dijo...

Pues ya he vuelto...en la entrada de las cuatro explico lo que ha pasado...¡ni me han visitado! No vuelvo más. Por lo visto, hasta que alguien se digna poner manos a la obra, hay que pasar por setenta instancias...no puedo con tanta burocracia. Se acabó mi experiencia con la sanidad. Que sea lo que Dios quiera.

Anónimo dijo...

Este blog sí se está atorrijando, los pensamientos que dejé escritos hace un momento se esfumaron ya para la eternidad. En fin, san tornem-hi.

Te mandaba, amiga Robin, mi más sincera enhorabuena por relatar con tanto lujo de detalles la experiencia del quedarse uno dormido.

Y es que pensamos poco en ello, quizá nada, pero el sueño es algo bastante impresionante. Nos lleva a otro mundo sin tener presente que seguimos en el de siempre.

Como decía magistralmente Giovanni Papini -tan injustamente olvidado-: "Dios condenó al hombre a una sepultura diaria en el sueño, para recordarle esta verdad saludable y fundamental: no hay diversidad sustancial entre la vida y la muerte"...

Robin dijo...

"Querido" y esforzado anónimo que vas reescribiendo tu mensaje y ves que no sale publicado, no sé si te estás dando "cuen" de que tengo habilitada la moderación de comentarios, y por lo tanto el Cetro de Poder. A partir de ahora, los anónimos ya no pasan. Ponte un nombrecillo, mismamente Giovanni. Besitos dormidos.