lunes, 11 de junio de 2012

BUEN ROLLITO Y MAS RAYOS

Buenas noticias: ha vuelto la comunicación con nuestra inquilina, de manera que la cosa se encarrila. Si es lo que yo digo, hablar, hablar...antes de devolver recibos, se explica la causa del impago...y se comprende...
-La guadaña, Robin, bájala, que corta...
-Uy perdón. Como iba diciendo, el buen rollo ha vuelto. Nuestra inquilina es seguidora de este blog. Y ahora, vamos al turrón.
Resulta que hay mucho cachondeíto sobre mi aversión a las tormentas y rayos. Pues bien, os propongo un trato: a la próxima previsión de alerta yuyu tormentosa sobre mi ínclita comarca de l´Anoia, convoco a través de este blog un encuentro en mi casita de la urbanización, previo consentimiento de la inquilina, y organizamos una fiestuca con pizzas y todo, y allí in situ véis si la cosa es o no para jiñarse, rebonicos míos. Que se me quemaron dos faxes en un intervalo de dos meses porque estaba fuera de casa y no los pude desconectar de la red. Y una tele.
A ver quien se atreve, majos...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues fíjate que a mí me encantan las tormentas eléctricas, con viento, agua, rayos, truenos, vamos toda la retahíla de fenómenos atmosféricos en su máxima expresión. Sentir la Tierra viva, dinámica y, a la vez, verme como una criaturita insignificante e indefensa a su merced. :)

Bishop dijo...

Pero te dan miedo las tormentas alma de cántaro!!! Me encantan! Me hacen sentir tan pequeño y tan humano, nosotros dominadores del cielo y de la tierra, de los mares y de las montañas de repente llega el cielo y con un crujido te pone en tu sitio. En l´Anoia no he vivido una tormenta pero en Gredos si y la verdad es que impresiona. Y tenia un conocido al que le alcanzó un rayo le llamabamos flash por el cachondeito.

Robin dijo...

¡Malandrines! Invitados a la cena en la casita de la urbanización. Si hasta Josep que pasa de los rayos olímpicamente, decía: joer, sí que pegan, sí...
Yo me escondía en el garaje, en un rincón, con el casco de la moto puesto para no ver ni oir...pero era inútil, se veían los reflejos por debajo de la puerta...rasssss¡¡¡¡¡rassssss¡¡¡¡¡

Víctor dijo...

upppssss¡¡¡ me había equivocado de entrada. pues repito: que además de que fueras mi vecina, me gustaría que fueras mi casera, y te decía que qué maja eres, hostias, que me haces hablar mal y todo.

Robin dijo...

Y a mí que me gustaría que fueras mi hijo, hijo mío...