sábado, 2 de junio de 2012

RUEDAS DE LA VIDA (SIN PINCHOS, POR ESO)

Si uno se sienta en el ya agostado pradillo y se queda mirando fíjamente la tierra, puede llegar a pensar que, gracias a su concentración, ha alcanzado una especie de estado de levitación y que la tierra se mueve. No es tal. Son las hormigas.

Las pequeñas niñas se están dedicando frenéticamente al transporte de todo tipo de semillas. Unas que les gustan mucho son estos discos redondos cual ruedecillas espirales, que son semillas de una papilonácea pequeña y amarilla: Medicago orbicularis. Las hormigas pugnan durante horas para meter estos discos en los hormigueros, pero los orificios de entrada a sus casitas son demasiado pequeños...finalmente, a fuerza de darles vueltas y probar posiciones, lo consiguen, pero ahí vienen otras, y otras...el prado se mueve literalmente.

Estas semillas, por lo menos no tienen pinchos que las de su prima...la madre de Dios, qué pinchazos...

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