viernes, 10 de agosto de 2012

CAMBIO DE HABITOS ALIMENTARIOS

Y pensar que cuando conocí a mi maridín, no comía verdura ni en casa de su santa madre...Teresa, mi suegra, se esforzaba por hacer que su díscolo retoño comiera frutas y productos de la huerta. Apenas conseguía que ingiriese alguna judía tierna, alguna hoja de lechuga...ahora este muchacho se come los tomates a bocados. Si será la cosa que, siendo que a mí no me acaban de convencer los tomates, no vayáis a pensar, que los prefiero en trocitos pequeños o en zumo, esta criatura ha pasado a coger uno bien gordo, lo parte, lo aliña y p´adentro. Si es que, esa combinación de color rosado y verde, con esa jugosidad...¿acaso no invita a paladear y gustar estos aromas? Y con los calores que hace...
Ya sólo me falta que no ponga marisco en la paella vegetariana y que no me esconda el beicon en la bechamel. Vamos progresando...

2 comentarios:

Eulàlia dijo...

Si es que si la verdura es de casa es otra cosa........:P

Robin dijo...

Es verdad, ahora Josep coge la verdura de su propio huerto y disfruta con sus mazorcas, los tomates, los pimiento y las berenjenas, que le encantan...es el fruto de su trabajo. Bueno, más bien del mio, porque al final siempre pasa lo mismo: los hombres se van al tros, y yo me quedo en la huerta...ay Señor...