jueves, 5 de septiembre de 2013

SAN URBEZ, PATRON DE LOS MONTARACES

San Úrbez se cansó de todo siendo un mozalbete: seguramente le hicieron más de una putadilla, y viendo de qué iba la vida, decidió darse el piro, así que cogió su rebaño y se echó al monte. No quería saber nada de los seres humanos. Era jovencillo, y vivía con su ganado en un abrigo rocoso en el cañón de Añisclo. Con su cayado mágico amansaba las aguas en las tormentas. Como todos los eremitas pastoriles, acabó ganando fama de santo varón, y de longevidad considerable: murió a los cien años.
Protégenos, San Úrbez. No nos dejes solos. Creo que te vamos a necesitar.

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