jueves, 13 de febrero de 2014

LAS SEMILLAS DEL PEREGRINO

Incapaces de todo punto de realizar una labor artesanal con ellas, las calabazas de peregrino han ido degenerando exteriormente, de manera que ha llegado el momento de ver cómo son por dentro. Se coge una sierra (nunca hay que serrarse a nada), se cortan y aquí está lo que hay: una pulpa blanca marfileña que recuerda a una chirimoya y las semillas. Preciosas ellas, recojo unas cuantas para esta próxima temporada huertana, que apunta ya maneras. Ya llega la primavera...

3 comentarios:

Candela. dijo...

Robín , mis calabazas se han agrietado `y otras no han llegado a su secado en totalidad. Cuando estén secas las tengo que lijar para quitarle las manchas de moho y posterior se le da barniz al agua para mantenerla al natural . Otra cosas que se hacen es "souvenir" grabando con un pirógrafo alguna frase lugareña ó poniendo esa frase cortia de
<> Otra vez será , quedan muy bonitas. Un abrazo

Candela. dijo...

Uyyyyy lo de la frase cortita si que quedó cortita !!!! quería decir lo de "Te llevas un recuerdo de este lugar, feliz viaje"

Robin dijo...

Ha salido ganando Baby...¡se las ha comido ella!