sábado, 12 de julio de 2014

DE BOVERA A LA PALMA D'EBRE

Es curioso qué mal comunicadas están las provincias entre sí. Parece que el límite provincial es una barrera infranqueable que hace que los transportes públicos no puedan pasar...así debe ser sin duda, y para ejemplo, baste la incomunicación existente entre dos municipios separados por sólo 8'5 km: Bovera y La Palma d'Ebre. De hecho también hay que decir que la pista que comunica ambos pueblos es apenas un triscal recientemente asfaltado en su totalidad, de manera que hasta cierto punto es lógico que esto suceda.
Cuando alguien pretenda ir de Bovera a La Palma, ármese de valor y buen calzado, pues le esperan 8'5 km de soledad. Nosotros, que hemos recorrido esta veredilla hace unos días, hemos constatado que dependiendo de la hora, el camino está intransitado, o, en todo caso, pasa por él algún vehículo agrícola que no parará ante el avance de unos humanos caminantes. Un saludo y a seguir. A cambio, gozamos de una ruta amable de pendientes asequibles y de suave paisaje. A destacar el vallecillo del río de la Cana, este año con agua corriente que nos acompaña, en forma de arrullo y cantos de las ranas y sapillos, y frescor de algunos alamillos frescales que nos saludan con sus hojillas bicolores y plateadas.
La ruta, recomendable totalmente, especialmente si se camina a la hora del ocaso, nos abre perspectivas monacales. Si alguien quieres saber cual es el sabor, el olor y la sensación de la soledad, baste que realice este iniciático camino a la hora indicada. El final, con el pueblo de La Palma abriéndose en el horizonte, es estimulante, energetizante. 

2 comentarios:

Candela. dijo...

Hacer recorridos así hace que todo sea diferente ( a mi me ocurre ) porque cuando se está donde todo está saturado de carteles luminosos y polución en el aire no podemos observar ni el destello del sol ni oír un canto de un pájaro y se me satura la cabeza. Es dichoso quien camina entre la Naturaleza porque nos mostrará sus secretos más hermosos. Un saludo y a seguir disfrutando de cada minuto . Un abrazo

Robin dijo...

Lo que más valoro yo en estas rutas es la ausencia de humanos...es inquietante pensar cómo sería de agradable o no el mundo sin personas...bueno, con unas cuantas, las buenas gentes que sabemos saborear esos momentos en los cuales se demuestra que el ser humano no es el rey de la "Creación".