domingo, 6 de julio de 2014

REDES SOCIALES Y COBARDIA HISPANICA

Amenaza el Gobierno de Hispania en controlar el contenido de las entradas escritas por los usuarios de las redes sociales, que van cargaditas de sarcasmo y humor político. Esto es suficiente para conseguir que la gran mayoría de ingeniosos columnistas del pueblo (tipo Belén Estéban, autoproclamada princesa del pueblo por las masas tendentes a la incultura) se vengan abajo y desaparezcan por la tangente del Candy Crush. Nada de compartir protestas políticas, ni de denunciar actuaciones abusivas de un estado represivo que ya definimos como tendente al bananerismo; triunfan las entradas de la paella del fin de semana, los mojitos en el bar de moda de la playa de Salou o de la Costa Brava, el y lo guapa que soy, por que yo lo valgo y la comunión del niño vestido de marinerito en la parroquia del barrio. Eso sí, ya nada de poner me gustas en escritos de ámbito político-social, no sea que venga Gallardón y nos tangue.
Cada cual que haga lo que quiera, claro, pero es gracioso observar la tendencia individualoide y nefasta del españolito, término que engloba también a los cándidos catalanes, que de ésta no se salvan tampoco. Pueblo comerciante desde antiguo, valora la tranquilidad social y de vías y caminos que asegure el transporte y adquisición  de las mercancías, no sea que se espante la clientela y no compre. Mucha boquilla pero a la hora de la verdad, todos para Perpinyà cuando asoman los tanques de Milans del Bosch.
De acuerdo, las balas matan, los opresores torturan y todos tendemos a huir del conflicto, como debería ser; de hecho la capacidad de nuestro evolucionado encéfalo debería permitirnos no enfrentarnos unos con otros, sino aprovechar las diferencias de criterio como lo que son, variabilidad frente a condiciones variables: diálogo, no me cansaré de decirlo, aportación, comunicación e intercambio. De ello surge la cultura de lo diverso, y por lo tanto de lo más fácilmente adaptable a las mutables condiciones ambientales.
Pero eso presupone inteligencia y cierto grado de empatía, cosas ambas de las cuales el pueblo celtíbero adolece. Sólo se salvan los vascos, de incierto origen, que no se dejaron aplastar ni manipular y así les va, que en la Declaración de la Renta tienen un epígrafe aparte y gestionan sus ingresos ellos mismos desde antiguo. Por sus fueros, se dice. De hecho, son independientes de facto. Aquí mucha mano al corazón cuando suenan himnos, pero eso sí, a publicar la costellada y la paellita, no sea que nos apalee el mocerío. Y a usar gasoil de calefacción para el coche, eso sí, (cosa que me parece, cuanto menos, inteligente en lo que cabe).
Buen provecho.

2 comentarios:

Cicerón dijo...

Los pueblos hispanos siempre fueron cobardes tribus que litigaban unos contra otros y que tuvieron que esperar a la romanización para adquirir cierto nivel de prosperidad. No esperes nada de un pueblo que aún hoy en día se divierte con concursos de lanzamiento de melones y con encierros de burros. Como bien se ve, la juventud y la fuerza se van del país, emigran, a otros prados más verdes. Aquí queda la morralla y la inmovilidad, la incultura del borreguismo.

Robin dijo...

Hombre, algunos que quedamos por estos pagos valemos mucho...no sólo yo, algunas gentes más que tengo localizadas. Eso sí, que está quedando cual erial no te lo niego...