jueves, 23 de octubre de 2014

DONDE HAY MATA HAY PATATA

Podemos afirmar la veracidad de este dicho popular rotundamente, tanto en lo que se refiere al matojal en forma de vello púbico que adorna y protege los genitales humanoides como a la planta de la familia de las Solanáceas que hace honor a este nombre y que sí, cuando se muestra frondosa en su parte aérea es signo inequívoco de garantía para esperar unos hermosos tubérculos tales como los de la foto. Cosecha tardía, otoñal y segunda del huerto sisquellano, pero no por ello menos abundante ni con menor enjundia. Patatas alavesas. Son caras de...sí, efectivamente, de gónadas masculinas, como bien estáis pensando, esas que también están escondidas bajo la mata. Como la buena patata.

4 comentarios:

Juli Gan dijo...

Mmmm, con esos pimienticos que tenéis y un poco de guindillica, añadiéndole unos chorizos, salen unas patatas a la riojana de "muelteeee".

Robin dijo...

Mira que os gustan las patatas a la riojana a los vascos...

Juli Gan dijo...

Bueno, mi abuelo paterno era de la Rioja alavesa. Todo se pega. :D

Robin dijo...

Ahora veo la explicación: buen lugar sin duda la Rioja.