viernes, 29 de mayo de 2015

LAS SEQUIAS EN LA PENINSULA IBERICA (II): LA PEQUEÑA EDAD GLACIAL

No caerá esta breva...
Una repasa la historia del clima en Hispania y no comprende cómo puede haber vida en este país. Porque vamos, estabilidad, lo que se dice estabilidad, ni en nuestros sueños más húmedos. Sin embargo, hubo una época gloriosa...edénica, diríase. Empezó en el llamado óptimo climático medieval, entre 1.100 y 1.300. Ataban los perros con longanizas: hacía calor y llovía. Fueron tiempos de buenas cosechas, panzas contentas y florecimientos culturales. Véase la civilización pirenaica de estos tiempos: las Cortes de Amor, los trovadores y juglares viajando de un lugar a otro de esa Occitania que debía ser tan hermosa como vibrante. Fueron buenos tiempos aquellos. También lo fue el siglo XV, donde la abundancia de lluvias, acompañadas de una bajada notable de temperaturas, hizo de este terruño un lugar habitable y hermoso. Sin embargo...en el siglo XVI se acabó el chollo: llegó la Pequeña Edad Glacial. Este cambio fue tan brusco que se considera la peor crisis climática de la Península durante los últimos 2.500 años: se helaron ríos como el Ebro y el Tajo, había glaciares en las montañas del Prelitoral mediterráneo, donde hoy no nieva ni un sólo día de invierno, y florecieron los negocios basados en el comercio de hielo: una fiesta, vamos. Pero la cosa a nivel agrario fue muy mal: no llovía, hacía mucho frío y la miseria y la escasez cabalgaban desbocadas por la maltrecha península. Hubo hambre.
A partir de ese momento, el clima fue ya un descontrol total. Durante los siglos XVIII y XIX se batieron récords en todos los sentidos, en cualquier parámetro.
La causa de la Pequeña Edad Glacial sigue sin ser esclarecida por completo: dos factores parecen haberla provocado, sino simultáneos, al menos colaborando en algún momento de aquellos infernales días de hambruna:

* una serie de erupciones volcánicas encadenadas en la zona de los trópicos; lanzaron tal cantidad de ceniza a la atmósfera que esta se hizo opaca a la radiación solar.
* disminución de la radiación solar por descenso en su actividad de combustión nuclear. Inquietante factor que pocas veces se tiene en mente...basta pensar en el descenso de temperatura que se nota durante un eclipse parcial...ese frío, esa luz mortecina, hacen que se ericen los vellos de la piel...¿recuerdo arcano de un fenómeno antiguo que ha perdurado en la memoria genética humana?

2 comentarios:

franclips dijo...

Hola:
La preocupación por la escasísima lluvia en los últimos meses es realmente preocupante. Pero desde aquí, en la gran ciudad, lo he constatado personalmente, les importa un bledo y prefieren que no llueva, están encantados con este tiempo tan "maravilloso" que según ellos está haciendo. Me dicen: "El verano ya está aquí". Están contentísimos de ver el cielo sin una nube.
Por mi parte me entristece mucho que no se den cuenta de este gran problema que tenemos y que tantas pérdidas económicas está suponiendo.
Esperemos que llueva y llueva. Por favor, que llueva.
Saludos y mucho ánimo.

Robin dijo...

Por lo que cuentas no hay nada que hacer con Urbanilandia. Ni todos los intentos mediáticos tipo "Espai Terra" del ínclito Molina sirven, ya no digamos cualquier iniciativa de concienciaciòn escolar o educativa. La gente está dispuesta a vivir sin más preocupación y mientras en el super haya comida, aquí no pasa ná. Tampoco son culpables: al fin y al cabo tal vez sean ellos los que sobrevivan. Y si no, por lo menos, más descansaos sí que están.