lunes, 3 de agosto de 2015

REVUELTO DIABOLICO DE PIPARRAS

Guindillas verdes vascas, conocidas como piparras. Se consumen en vinagre preferentemente, aunque se pueden hacer en revoltillo. Si no pican, claro...
Pero, ¿qué tenemos en Sisquellalandia y aledaños? Un calor superior al de origen de estas guindillas, más un déficit hídrico entre riegos al cual no están acostumbradas: es el primer año que las plantamos aquí. Y sabemos que temperaturas altas y escasez de agua provocan dos cosas en los pimientos:

  • aparición de manchas necróticas en los frutos.
  • incremento de síntesis de picante.
Aconsejados aviesamente por nuestro cocinero de cabecera, hemos hecho un revuelto de piparras con huevos sisquellanos. 
Pica como mil demonios.
Pero el orgullo vasco puede con todo. Y aquí no se tira . Así que esta bomba culinaria está siendo ingerida, poco a poco, por un estómago digno de figurar en un museo de Fisiología.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

A mí me gustan salteadas en aceite y con sal, pero mejor si son de la primera cosecha y no de la segunda, que pican aún más. Mi padre, que era de la Rioja alavesa se las comía a palo seco, crudas. Siempre tuvo un estómago fuera de serie.

Robin dijo...

A pala seco...buffff...estas nuestras de la foto es que se nos han hecho demasiado grandes. Más pequeñas parecen mejor. Lo que tenemos entre manos ahora es el tema precisamente de las alegrías riojanas. A ver si podemos conseguir, aunque me da que son lo que aquí llaman coralets. Hago post y publico.