miércoles, 2 de septiembre de 2015

AGO(S)TADOS

Vamos a ver...si os pidiera que situárais en el mapa el lugar en donde se encuentra La Sisquella...después de coronarnos como reyes de la aridez...¿tendríais algún problema? Yo pienso que no. Hasta un cerebro reptiliano sería capaz de ver que sí, efectivamente, estamos en la zona de color anaranjado que marca la regioncilla que no ha recibido más de 10 litros por metro cuadrado en agosto de 2015. En concreto, para que conste, 7,5 en La Sisquella. Llevamos tan gran déficit acumulado respecto a la media que sería necesario que, en los cuatro meses que quedan hasta final de año, llovieran 50 litros cada mes. Me da que estas tierras no han visto tal evento desde aquellos fatídicos aguaceros de Santa Tecla de 1874. La gráfica clama al cielo y representa la tendencia al secanaje de manera explícita.

La presencia de insectos vectores de enfermedades tales como el chikungunya, el mal de Chagas y otras alhajas similares pienso yo, como bióloga, que no tardará en detectarse. Si los inviernos no arrecian en rigor y se consigue detener la progresión de las puestas de huevos, el camino hacia el norte está expedito para estos insectos portadores de enfermedades propias de lugares cálidos.

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Al igual que con el desembarco de europeos en América llevando enfermedades que diezmaban a la población de allá, jamás expuesta, si ahora tenemos mosquitos del chikunguña, avispas asiáticas y mejillones tigre es por el desplazamiento "modenno" sin cuarentenas. ¿No hacen los mosquitos tigre autostop?

Claro que tiene su importancia, como no, pero ya nos están alarmando porque sí. Si la moda del año pasado era el ébola (que es muy chungo desde los años 70), ahora es el puto chicunguña. El lunes ya había un caso en Manresa...de un tío que venía de centroamérica con síntomas. Eso sí. Alarma social y pánico. Voy a ver si pillo alguna ganga del asalto al supermercado.

Robin dijo...

En este verano estamos siendo acribillados por toda clase de insectos. Al huerto ya no se puede bajar por la tarde. Es tal la intensidad de la agresión que incluso hemos tenido los ganglios linfáticos inflamados. Quién sabe.