viernes, 20 de noviembre de 2015

LA COSA

Aún quedan cosas por descubrir en este mundo que parece tan determinista. Siempre habrá algo nuevo para el que ande con ojos abiertos y espíritu sin atrofias. Es el caso que nos ocupa.
Yendo de olivillo en olivillo, nos hemos encontrado una cosa que aún no tiene nombre ni filiación biológica segura. Aparentemente, se trata de un tocón de encinilla cortado y amojamado. Obsérvese lo que parece la corteza, con las ranurillas típicas de tan representativa fagácea. Pero...
La cosa es blanda. No es un tronco en descomposición: como véis, la parte superior tiene textura esponjiforme. Si se toca, es un cuerpo íntegro, no se desmorona. Para ver su micelio- en caso de ser un hongo- tendríamos que arrancarlo de la tierra, pero no haremos tal barbaridad, puesto que la criatura no tiene la culpa de nuestra antropocéntrica ignorancia. ¿Qué será?

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