sábado, 13 de mayo de 2017

COLICO MISERERE

Las alubias resultaron demasiado contundentes.
Así conocían en el siglo pasado a la apendicitis. Qué nombre tan descriptivo...
El lunes por la mañana me encontré mal.
Fallo no bajar antes.
El miércoles por la noche me operaban de urgencias.
Horroroso. El apéndice, gangrenoso, estaba a punto de estallar.
Nada, que la vida natural no nos salva de sustos de este calibre.

2 comentarios:

RICO-RURAL dijo...

vaya tela......cuídate aunque sois duros como rocas...un saludo y a recuperarse pronto.

Robin dijo...

Gracias majo. De verdad que es para cagarse, con perdón de la mesa.