Pericles y Cleta, los periquitos que le regalamos a Mikel, se quedaron a vivir con nosotros. Mikel se fue y aquí los dejó. Pero Pericles se puso enfermo: su vientre se hinchó desmesuradamente. Consultamos durante estos meses a especialistas y entendidos: nadie nos supo dar razón del mal, así que decidí actuar según mi criterio. Administré antiobiótico, pero Pericles no se curó. Le mimamos al máximo y conseguimos que viviera, malito y apagado, hasta hoy. No vamos a reponer la pareja con otro macho: no quiero más animales enjaulados.
Un besito, almita azul.
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