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domingo, 26 de diciembre de 2010

RESCATANDO EL LIMONERO





A pesar de toda la parfernalia que le hemos puesto para protegerlo, el limonero está sufriendo. No sólo se queman las hojas; las raíces también se hielan: el suelo está duro como una piedra. De nada ha servido la protección que hemos hecho con un parasol y un plástico aislante. El plástico envolvía al arbolito, y sobre el plástico estaba el parasol. Aún así, las hojas se han vuelto de un color pálido, y se han caído las flores que tenía. Así pues, se impone intervención de emergencia.
Yo lo había plantado en la tierra con la ilusión de que en esta zona, más cálida que de donde veníamos, el limonero podría crecer y prosperar a gusto: pero no. Es mejor volverlo a poner en el macetón, y darle el calor que necesita. Así que a partir de ahora, será un nuevo habitante de la casa de madera, hasta que lleguen tiempos más temperados. Lo único que deseo es que no pierda todas las hojas. Si esto sucede, luego le vuelven a crecer, pero el árbol sufre y no fructificará bien. Esperemos que hayamos llegado a tiempo para evitarlo.

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