Nueva herencia de nuestros amigos: unos hermosos adobes que elaboraron con el sudor de su frente van a ser ahora parte de nuestra casita. Vamos a hacer un pequeño separador entre la zona de la ducha y el comedor, para dar más intimidad al higiénico acto. Y aquí tenéis a los protagonistas: los adobes y la argamasa que los unirá, a modo de cemento, hecha con arcilla y un poco de cal, para dar más resistencia a la unión.
Los adobes nos permiten además una gran ventaja: se pueden cortar con una sierra y se les puede dar la longitud deseada, para rellenar pequeños rincones.
Nos ha sorprendido gratamente su facilidad de manejo y la dureza de la pared resultante, que ya os mostraré. Desde luego, el que se gasta el dinero en tochos para hacer tabiques internos, es porque quiere.
Ya os habeis metido en el negocio del ladrillo, cuidadin que ya veis a donde lleva.....jajajaja
ResponderEliminarPara esto del adobe lo que hace falta es mano de obra barata, a ser posible tipo esclavitud en Egipto, para poder tener mucho material disponible. Y hala, a darle a la "construssión".
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