Pero la música del norte no sólo está hecha para las brumas y las hadas. Hay también épicos cantos que enardecen el alma de los guerreros. Sword dance, la danza de la espada, Lands of my fathers...las gaitas cobran aquí protagonismo, y las voces de los hombres enardecidos. Virilidad y ternura unidos en unos sonidos tan arcanos como la misma tierra, capaces de encender mis más profundas raíces. Amor y épica, el anhelo de llegar a un alma hermana, de luchar contra la injusticia, de conquistar tierras desconocidas...
Bah, no me hagáis caso, que la lluvia hoy me ha reblandecido el cerebro.
Gracias por el magnífico domingo que pasamos juntos. Lástima que no pudiéramos hacer la excursión que teníamos en mente. Un besazo, y que Josep se mejore pronto. Tú, ya vi que estabas perfecta...;)
ResponderEliminar¡Ah, hijo mío, gracias a tí y a tu proverbial oportunidad! La vitalidad que me atribuyes fue en parte gracias a tí. Porque nunca como antes necesité tu racionalidad, amigo mío.
ResponderEliminarEn cuanto a la excursión...los griales deben ser encontrados en su momento justo. Era demasiado pronto aún. Todo llegará...o no.
Uala, qué enigmático...:) ;)