Peque es guapo, pero sus hijos Cástor y Póllux son un par de delicias. Más pequeños, pues han salido con el tamaño de su madre Chivita, lucen brillantes como joyas diabólicas sobre la roca. Y es que estas cabras brillan. Yo me las quedo mirando y se pasa el tiempo como si nada: dos horas pastando por la mañana, dos horas pastando por la tarde: y los miro, los miro y no me canso. Sus posturas, sus juegos, su arrogancia, su estampa...tengo que volver a dibujar y pintar, y hacer cuadros de estas criaturas. A veces pintaba a la acuarela. Me gusta dibujar animales; sobre todo dibujaba caballos.
No guardo ninguno de mis dibujos; se quedaron en Urbanilandia. Pues bueno, haré otros nuevos. Vale, empezaremos por este par de cabroncetes.
La foto de peque es bonita pero esta se sale. Ya me recuperado, de estos dias tontos que e pasado. Muchas gracias Josep y Maria.
ResponderEliminarVenga pues, y a ver cómo viene el siguiente parto...esperamos noticias¡¡¡¡¡
ResponderEliminarPermiteme que te diga que son un par de cabrones preciosos. Y a ver si nos dejas ver esos dibujos.
ResponderEliminar¡Ay Nimbus! No tengo acuarelas. Ni papel de dibujo. Tendré que hacerlos en papel de folio y a lápiz. Bueno, para empezar a entrenar otra vez.
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