Empieza la construcción del cortavientos con las ramas de olivo. Primero, el pobre jardincito al lado de la casa, delimitado por unos postes para que las cabras no entren y se coman las plantitas. El manejo de las ramas es difícil: se han enredado al estar en el montón, y cuesta deshacer los líos. Pero bueno, yo le voy acercando las ramas, y Josep las va entrelazando. Aunque el día no acompaña, hace viento y frío. Os enseñaremos cómo queda cuando esté completo: ganamos en intimidad también, dado que esta parte de la casa no será muy visible desde el camino.
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