De las aguaturmas que nos envió Otiñar, guardamos unas pocas para probar qué tal resultaban al cocinarlas. Las hicimos hervidas, como si fueran patatas. Pues bien: el resultado es satisfactorio. No tienen la textura harinosa de la patata, son más firmes y prietas en su carne, y el sabor es neutro. Pero bien aliñadas, con aceite sabroso y especias, resultan un manjar adecuado para paladares delicados. Son una base excelente para dar cuerpo y textura a los aliños a los cuales se pretenda dar protagonismo.
Nos han gustado mucho: las cuidaremos con esmero. Además nos aseguran que su floración es espectacular y muy ornamental. Jardín comestible, mejor imposible.
Robín , ahora ya me hago a la idea de lo que es el aguaturma, no había visto esta entrada. Tienen pinta de un buen plato para degustar con un vinito blanco .
ResponderEliminarTe envío una foto de los rizomas, que igual no la has visto. Son como las raíces de las cañas de río. Se parecen mucho, en verdad.
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