-¿Qué quieres, niña?
-Una cosita: vale que lluevas, que estés un poco divertida y nos envies rayitos y tal, pero...hazme un favor.
-Dime...
-No te pongas rabiosa, y no rompas los ordenadores de mis amigos. Mira qué has hecho con el de Juli...
-Bueno...miraré de cambiar de objetivos: dejaré de momento a los petardos para centrarme en los petardazos.
-Vale vale, pero si acaso, entonces no te fijes en mí, que entro en esa categoría, me temo...
-No, ahí no.
-Uf, menos mal...
-En la de empanada, más bien.
-Sapristi, fue peor el remedio...
La nube, gloriosísima, muta constantemente, formándose y deformándose, en la infinita alquimia del agua celeste.
A mí me cayó un rayo en mi casa, hace unos 10 años. Le dió al alero y siguió todo el cable eléctrico, entró por el contador y lo fundió, textualmente. Me da vergüenza decirlo, pero salí a la calle como loco, corriendo, pidiendo socorro.
ResponderEliminarJopelines...
ResponderEliminarA nosotros se nos fulminaron dos faxes, una tras otro, con unos meses de intervalo...yo me metía en el garage, en un rincón, encogida sobre mí misma, y me tapaba los oídos...es que era muy fuerte en la urbanización, caían como auténticas bombas...