Los judiones sin palo parecen que quieren palo. Tal parecen sugerir las guías tan largas que están emitiendo. De todas maneras, no les pondremos palo ninguno. Esperemos que hagan honor a su nombre y no trepen más. Si acaso, los dejaremos por el suelo, que el tallo sea rastrero. Ya tienen las florecillas asomando. Pronto se abrirán, y no tardarán en formase las vainas. A ver cómo serán...
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