Para ilustrar la intensidad de las condiciones climáticas de la zona, hemos hecho un experimento con algodón, planta
tropicoide donde las haya, para que veáis si la cosa tiene enjundia. Resulta que plantamos unas semillas en el huerto, en zona adecuada, y bien regada. Y otras las tenemos en estas macetas dentro de la casa de madera, al abrigo del solanaje imperante. Pues no me diréis que no hay diferencia: mientras las del huerto parecen babillas de pavo, las protegidas de la radiación solar están tan ricamente, verdes y vitales.
Yuyu.
vale,me acabas de convencer ,me voy a asalvajar encerrada en casa :S
ResponderEliminarNooooo¡¡¡¡encerrada en casa no, que tienes mucho peligro tú con la intenné...o vale, de momento ya vale, pero te recuerdo que tienes que venir a devolver la llave a las Anitas. Tú verás....jajaja¡¡¡¡¡
ResponderEliminarjjajajajjajaja siiiiiii......mira que llevarmela.....jajajajajja ya me vale!!
ResponderEliminarRobín , tu algodón frondoso está protegido y el otro fuera de la casa ¿te imaginas como estamos nosotros? contaminados , cansados , agotados , dolores de huesos.... ¡ la gente dice todos los días uyyy me duele aquí , debe ser el tiempo ! Besoss
ResponderEliminarHay cosas que, la verdad, son...yuyu¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarCuando era niña teniamos un arbol de algodon pero creo que lo teniamos a la sombra de otros arboles mas grandes.
ResponderEliminarNo tengo ni pajolera idea (ese es unico arbol de algodon que he visto en toda mi vida, jeje) pero tal vez le gusta la sombra (tbien que en donde estaba hacia mucho mas calor del que pueda hacer en la palma)
Recordemos las plantaciones de algodón del Sur en los Estados Unidos...
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