Ya están aquí los palosantos. Pero pequeñitos y verdes, claro...anda que no queda tiempo hasta que se puedan comer, maduritos y tan blanditos que se cae la pulpa entre los dedos, y se ensucia uno la boca de darles mordiscos...aún están así, pero ya crecerán. Mientras tanto, la luz del sol del atardecer se matiza entre las hojas, tan verdes y coriáceas que resultan tentadoras: ¿se podrían comer? Mejor nos conformamos esperando sus frutos.
El fruto del palosanto (que normalmente se llama caqui, aunque en mi casa siempre han sido gayabos), si te lo comes verde es amargada e insípidamente duro.
ResponderEliminar:)
Me refería a comer las hojas, que parecen tan frescas...así como en ensalada...Por probar...
ResponderEliminarAhhhhhhhh ya decía yoooo
ResponderEliminar:)