Pues nada, que me dedico a regar los girasoles a fondo, bien encharcadita la tierra, que llegue hondo. Y al cabo del rato...plof...plof... Los girasoles se desmayan.
Sapristi.
Tienen poca raíz para el pedazo cabezón que han criado. Y se descalzan. Se impone algo, un tutor o atarlos unos a otros...santo cielo, esas cabecitas somnolientas, qué impresión da verlas así: parecen desmayados.
-Es que eres torpe: ya no los riegues más.
-Oye guapo, torpe seré, pero y las jartás de reir que nos pegamos, ¿qué?
Ya no los riegues más. o si acaso, si ves que hace mucho calor y aún no está la pipa bien granada, un poco sobre la raíz.
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