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lunes, 10 de diciembre de 2012

MI DIMISION COMO PASTORCILLA

Es evidente: todo ha cambiado. Ya nada es como antes...
Yo triscaba alegre y despreocupada por los montes, cual pastorcilla de Lamermour, cuando Peque era peque...pero ahora...obsérvese el tamaño que ha alcanzado la criatura: de pie sobre los cuartos traseros es más alto que Josep...así que a mí me llega a la altura del colodrillo.
A él le hace caso...a mí a veces me reniega...se acabaron mis felices paseos por la Arcadia...
Yo dimito.

4 comentarios:

  1. Por Dios ya he vuelto de las olivicas dichosas...yo creo que sin aceite se podría vivir perfectamente, ¿no? ;)
    Casi mejor dedicarse a passturar lombrices de tierra...

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  2. Y por que no grillos,te aseguro que se pagan bien para alimento de animales

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  3. Sí, es uno de esos negocios de futuro...pues no es mala idea...¡eh!

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