Es evidente: todo ha cambiado. Ya nada es como antes...
Yo triscaba alegre y despreocupada por los montes, cual pastorcilla de Lamermour, cuando Peque era peque...pero ahora...obsérvese el tamaño que ha alcanzado la criatura: de pie sobre los cuartos traseros es más alto que Josep...así que a mí me llega a la altura del colodrillo.
A él le hace caso...a mí a veces me reniega...se acabaron mis felices paseos por la Arcadia...
Yo dimito.
Opcion b,pasturar conejos.
ResponderEliminarPor Dios ya he vuelto de las olivicas dichosas...yo creo que sin aceite se podría vivir perfectamente, ¿no? ;)
ResponderEliminarCasi mejor dedicarse a passturar lombrices de tierra...
Y por que no grillos,te aseguro que se pagan bien para alimento de animales
ResponderEliminarSí, es uno de esos negocios de futuro...pues no es mala idea...¡eh!
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