Elegantísima labiada:
Phlomis lychnitis. En el margen de la carretera, destaca por el inconfundible glauco que es garantía, casi siempre, de propiedades ocultas. Glauca y pilosa es la candilera, que también se llama oreja de liebre. En catalán,
candelera, blenera o cresolera. La combinación de amarillo y glauco es espectacular por suave a la par que osada llamada:
estoy aquí, parece decirnos.
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