Entró ayer tarde mi marido en la casita: sin previo aviso, ¡se ha muerto Cleo! y me acerca un bulto inerte, seco, rígido. No...eso no puede ser Cleo...
Sí, si lo es.
Hablo con un amigo que tiene conejos: me consuela vagamente, él no los suele ver morir, los mata antes para comérselos. Me dice que la abra y seguramente veré algo anómalo en el hígado.
No, no lo hago.
Es compleja la alimentación de los conejos: equilibrio entre verde y grano. Cuidado con el pan, hace que les salgan piedras en el higadillo.
Una amiga se ofrece a bajarme una nueva novia para Tono...
Por cierto mi amigo me recomienda que no le ponga nombre a los animales de corral...él nunca lo hizo...
No, gracias. No me regaléis más nada que se pueda morir.
Siento mucho que Cleo se haya ido al cielo de conejitos.Un beso
ResponderEliminarTan linda era...en fin...
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