La segunda plantada de judía vasca da sus frutos. Si bien son de cultivo primaveral, algo me hacía sospechar que, plantadas pasada la canícula a finales de agosto, y dado que en estas latitudes, septiembre es verano y octubre de temperado comportamiento, una segunda cosecha podía ser factible. Y lo es: aquí están las hermosas vainas pendulantes. Estoy muy satisfecha de los resultados de nuestros experimentos de aclimatación y de prolongación de cosechas en el tiempo. Estamos probando también la patata alavesa, que cuenta con la calidad Euskolabel. Y parece que la cosa pinta bien...
Que hermosura de judías verdes y como bien dices es cuestión de experimentar con los cultivos y jugar con los tiempos porque ya nada es igual ...pero esas están muy hermosas.
ResponderEliminarAhora nace la duda...las comemos tiernas...? O las guardamos para secas...ummmm...
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