Uno de los acompañamientos más especiales de las comidas orientales es el pan chino, ese bollo entre pan y repostería que es ayuda para rebañar las suculentas salsas de los platos. Aquí, el pan chino sisquellano, hecho al vapor y frito finalmente. Su elaboración ha servido también para elaborar una
vaporera rústica, dado que carecemos de tal artilugio: una olla con agua, sobre ella y sin que la alcance, la escurridora cubierta con una tapa.
Et voilà!
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