Queridos muchachitos de Sherwood, se inicia la campaña de recogida del almendruco. Sabemos por experiencia que es ingrata tarea tendente al esguince cervical, pero el hecho de que se pague a precio de auricalco este año es incentivo y acicate para lanzarse a tamaños esfuerzos. Al parecer, las almendrillas que antaño se importaban de países rarunos no cumplen las exigencias adecuadas, y el mercado, a regañadientes, recurre al sufrido productor local, cosido a restricciones que aseguran la calidad suprema de esta lágrima leñosa que guarda en su corazón la ternura mediterránea de este fruto de pérsico origen.
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